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jueves, 8 de enero de 2009

Ya se fueron los Reyes Magos

5 de enero: noche mágica y fría. Les vi, les vi de cerca; pero no como aquel 5 de enero de hace unos 20 años. No. Ahora la imagen de los tres era, al mismo tiempo, más real y menos mágica. Les transporté hasta donde se encontraban los más pequeños. Sólo eso; un breve viaje.

Sin embargo, fue especial. Qué presencia...los Reyes Magos. Y al fin comprendí que da igual quiénes fueran o cómo fueran. Sólo importa cómo los veía yo.
Como todo, como todos

Para mi eran los Reyes Magos de Oriente, temerosos y curiosos y portadores de presentes. La misma misión, distinto el modo. Entonces, en silencio, les pedí mis deseos para el 2009. ¿Me habrán oido?

¡Sí! Un año más. Un año más vinieron, precedidos de mucha ilusión y hasta de algo de nervisiosimo, y seguidos, como cada año, de una triste sensación. No por su marcha, sino por el cambio. El 7 de enero es, en definitiva, una tarde de domingo acrecentada, un abismo melancólico, un caminar lleno de impotencia, una transición complicada en la que sólo puedes agarrarte a los Recuerdos.
Y es que ...........Días de mucho, vísperas de nada...