Datos personales

viernes, 10 de abril de 2009

PESE A LA LLUVIA






Pese a la caprichosa lluvia, ayer tuve el privilegio de pasear a la Virgen por las calles de León. A la virgen y a un San Juan Evangelista que supo consolarla en esos duros momentos.
Sonaba la banda a mi espalda mientras María flotaba por encima de todas nosotras; de nosotras y de todos aquellos que nos acompañaron, regalándonos aplausos y cariño. Gracias por esa recogida prematura, que pasó de ser decepcionante a grandemente emotiva. Entre todos, parecía esfumarse el peso sobre el hombro...y el año que viene más.

jueves, 26 de marzo de 2009

LA LIMONADA ¡¡HA VUELTO!!

Y ya ha llegado un año más. Y los bares del Húmedo vuelven a colgar sus carteles de "Hay limonada" y ya se oye a los papones repiquetear en sus ensayos, y de nuevo las fachadas de aquellas casas protegidas aún por la muralla se visten de largo, al saberse invitadas de nuevo el avance majestuoso de pasos; pasos a hombros, pasos forasteros, pasos de reencuentros, pasos pujando obleas, pasos decididos, pasos semanasanteros.

Y cuando alguien dice eso de "Vamos a matar unos judíos" (sin ningún fondo de racismo ni nada parecido), no puedo dejar de pensar que ya ha pasado un año, un año más.

Y aquí estamos, preparando el vino, el azúcar, los limones, los higos y los ingredientes secretos para confeccionar de nuevo la pócima que ha de acompañarnos hasta el día de Pascua....¡Y que no llueva!

jueves, 8 de enero de 2009

Ya se fueron los Reyes Magos

5 de enero: noche mágica y fría. Les vi, les vi de cerca; pero no como aquel 5 de enero de hace unos 20 años. No. Ahora la imagen de los tres era, al mismo tiempo, más real y menos mágica. Les transporté hasta donde se encontraban los más pequeños. Sólo eso; un breve viaje.

Sin embargo, fue especial. Qué presencia...los Reyes Magos. Y al fin comprendí que da igual quiénes fueran o cómo fueran. Sólo importa cómo los veía yo.
Como todo, como todos

Para mi eran los Reyes Magos de Oriente, temerosos y curiosos y portadores de presentes. La misma misión, distinto el modo. Entonces, en silencio, les pedí mis deseos para el 2009. ¿Me habrán oido?

¡Sí! Un año más. Un año más vinieron, precedidos de mucha ilusión y hasta de algo de nervisiosimo, y seguidos, como cada año, de una triste sensación. No por su marcha, sino por el cambio. El 7 de enero es, en definitiva, una tarde de domingo acrecentada, un abismo melancólico, un caminar lleno de impotencia, una transición complicada en la que sólo puedes agarrarte a los Recuerdos.
Y es que ...........Días de mucho, vísperas de nada...